23 de abril de 2005

UN SUEÑO, UN JEROGLÍFICO.


Volví a tener el mismo sueño de antes de ayer, como buscando el significado, reviviéndolo, con más claridad. No recuerdo si lo soñé más veces, con anterioridad: Había un grupo de personas, entre ellas recuerdo a mi madre, leían, o pretendían leer algunas frases que estaban grabadas sobre un muro de piedra color tierra, rojiza, naranja clara, salmón, más bien ... Era como una gruta, en la base de una montaña, era de día y había mucha luminosidad fuera.

Estabamos en la entrada, no sabría decir si acababamos de salir de la cueva o nos disponíamos a entrar ...Se acercaban, cerraban algo los ojos, para agudizar la vista, así tipo miope, pero no sabían que ponía.

Entonces mi madre en alto dijo: - "La" Mari que lo lea, ella seguro que lo sabe" y me llamó.

Me acerqué, les miré a todos, intentando averiguar quienes eran, si la noche anterior soñé también con ellos, pero no pude averiguarlo, no veía claramente sus rostros, ni porqué mi madre los conocía, ni porqué estaban allí, al igual que yo. ¿qué hacía yo en ese sitio? puede que de excursión, no sé.Pensé: " cómo no saben leerlo, si se ve fácil", pero no lo dije en alto, porque no pretendía resultar engreída, así que lo leí, algo triste, porque me lo pidieron, como sintiendo que era mi obligación.

Me gustaría recordar la frase, creo que era un mensaje, algo filosófico, como una enseñanza... los demás sonreían porque al volverlo a leer, se dieron cuenta que era lo que ponía, que se les había pasado por alto un detalle que les dije: - "Sólo le faltaba las vocales".

Ellos dijeron sonriendo: "Es verdad, mira dice........"Me sentí triste, callada, observándoles desde atrás, con ganas de llorar, como vacia...

¿Por qué olvidamos los sueños?

Imaginemos por un momento que el significado del sueño es el reflejo de nuestro propio espejo.

El espejo no halaga, sino que de forma fiel, nos refleja. Distinto será que poseamos un gran ego, o que al contrario, no nos acompañe; de momento olvidémonos de él (del ego). Al mirarnos, no sólo veremos como nos mostramos al mundo, sino que esta vez, no nos esconderemos tras la persona. Lo haremos sin las máscaras del actor, que todos llevamos dentro.

Entonces estaremos preparados para descubrir el verdadero significado del sueño, veremos nuestro verdadero rostro. Ahora bien, quien se busca, corre el riesgo de encontrarse, de tener que vérselas consigo mismo. Si somos capaces de ver nuestra propia sombra, soportando lo que nos muestra, estará resuelto parte de la tarea. Las pesadillas que nos hacen sudar, crearnos una gran angustia, ansiedad, mientras y después del sueño, son fieles reflejos de nuestros miedos. Miedos que podemos vencer, si queremos; ese será el problema. Pero, antes o después, tendremos que saldar cuentas... ¿por qué dejar que nos angustien, si podemos hacerlas desaparecer?.

La respuesta puede hasta quemar. Hay mucho en juego: emociones olvidadas, aparentemente, que nos pueden hacer daño, recuerdos incrustados en nuestros corazones, perdidas de seres queridos, traumas infantiles que quisiéramos olvidar, amores no correspondidos, desconfianza, perjuicios, celos, etc. y como no somos unas simples máquinas, unos ordenadores que podamos dar a la tecla de escape, o a Intro y resolverlo fácilmente, olvidándolo o pasando página, simplemente, pues cuesta enfrentarse a esos fantasmas, a esa sombra. Así que, aunque sea ardua la tarea, valdrá la pena intentarlo, para conseguir nuestra paz interior y, por supuesto, para nuestra estabilidad, nuestra salud emocional.