17 de marzo de 2015

INDECISIONES.

Los minutos, las horas pasan en mi reloj interno y el externo con las manos en jarras me pregunta:

- ¿A qué esperas? Participa, araña, siente, pero sobre todo decide, de una puñetera vez. Deja de quejarte.

Las indecisiones me matan. Me definen y me castigo por ello.
Si supiera qué pasos acertados dar... pero eso quién lo sabe. Soñar está bonito, es fácil, pero construir el futuro está en nuestras manos. Eso dicen.
Pero claro, la teoría es muy bonita, que te entre en la sesera, es otro cantar.
Mi rum, rum, es mi música.
Cambiaré de emisora.



EN EL FONDO ME QUIERE.


 -    ¿Mari… por qué siempre estás encendiendo velas?

 -    ¿Siempre?

 -   Siempre que vengo y estás terminando de limpiar, te veo encendiendo velitas de colores y palitos de esos.

 -  Incienso.

 -   Eso.

  -  No lo entenderías, mamaíta.
     
  -  No, claro, tu madre es tonta.

 -    Lo enciendo para alimentar el espíritu, para limpiarlo. Así de paso que perfumo y limpio el piso, hago lo mismo con mi alma.

 -   Qué lástima de hija.

- ¿Lo ves? No lo has entendido. Pero… ¿A que huele bien?

 -  A gloria bendita.   

María José Díaz